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Las mujeres en la alta dirección

Un estudio revela que las mujeres ocupan el 14% de los puestos de dirección en las grandes empresas de América Latina. Históricamente, las mujeres siempre tuvieron más dificultades que los hombres a la hora de incorporarse y triunfar en el mercado laboral. Si bien en los últimos años la situación cambió, el reconocimiento salarial y otras cuestiones muestran que aún quedan pasos por dar para conseguir la igualdad en el trabajo. Un estudio reciente de la Universidad de los Andes de Colombia analizó la ocupación femenina de puestos de alta dirección, en los países de Latinoamérica.El informe se presentó en un evento realizado en la sede de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina, coordinado por Solange Grandjean y Lidia Heller. Adriana Calvo, directora de Deloitte Argentina, dijo en el encuentro que una primera forma de acercarse al fenómeno es observando la proporción de cargos de importancia ocupados: «En algunas empresas uno ve que no hay igualdad de género en los mismos puestos. Eso puede ser un indicador de que se necesita un cambio».

Frente a esta situación, Calvo sostiene que es fundamental potenciar las cualidades femeninas, para luego trasladarlas al ámbito laboral: «Hay que valorar las capacidades de comprensión, entendimiento, competitividad, percepción e inteligencia para hacerlas crecer y aplicarlas en el día a día».

Según el estudio, menos del 14% de los puestos en las juntas administrativas de las grandes empresas de América Latina están ocupados por mujeres. Además, el informe señala que el país mejor posicionado a nivel regional es Colombia, ya que cuenta con la mayor proporción femenina en cargos altos.

María Luisa Fulgueira, quien actualmente es CEO de Daltosur, señala que «hoy hay más igualdad que hace 30 años, pero mucha menos de la que debería haber».

Sobre el camino a recorrer, la empresaria indica que lo primero es decidir si se quiere hacer el esfuerzo de llegar a un puesto ejecutivo y si la persona está dispuesta a asumir los sacrificios que eso implica. Pero luego, Fulgueira asegura que la clave está en «saber ejercer en el ámbito profesional la negociación que una hace en la casa desde que nació. Esa estrategia, llevada al plano profesional, es imprescindible para poder llegar».

Balance vida-trabajo

El estudio también señaló que, además de las barreras externas que impiden el acceso femenino a los altos cargos, hay factores internos que actúan muy fuertemente contra la igualdad laboral, como la falta de autoestima y la inseguridad.

El informe resalta que el mayor desafío para las mujeres es lograr un buen balance entre la vida laboral y la personal, ya que para ellas la familia tiene un rol fundamental.

Otro requisito importante para crecer en una empresa es no descuidar nunca la formación. Sobre este tema, Gabriela Aguilar, directora de Comercialización de Gas Natural para Latinoamérica, sostiene que «en la Argentina, las que llegan son las que están capacitadas». Por eso, agrega que «el primer desafío siempre es con una misma».

Pero una vez que se logra la inserción en un alto puesto, el reto está en mantenerse en ese lugar conseguido a partir de tanto esfuerzo. Esto, a su vez, también presenta grandes dificultades.

«Los cargos jerárquicos demandan largas jornadas y viajes. Es un modelo adaptado netamente a un estilo masculino y en donde nuestro género antes no participaba», explica Lidia Heller, coordinadora de la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe en Gestión de Organizaciones.

Otro de los temas relevantes es la llamada dispersión laboral que, según la experta, está presente tanto en el continente como a nivel nacional. «Existen muchas diferencias salariales entre las mujeres de los distintos países», indica. Además, asegura que en nuestro país esté fenómeno es muy fuerte.

En cuanto a la situación de la Argentina respecto del resto de la región, Heller sostiene que no existen demasiadas discrepancias. Sin embargo, hace una salvedad: «En nuestro país, el género femenino tiene una mayor ambición, por cuestiones económicas».

Por eso, hay coincidencia en la importancia de aprovechar las herramientas que brinda la naturaleza para crear un modelo distinto de liderazgo. Por si quedaba alguna duda, Calvo lo remarca: «Eso para nada implica parecerse a un hombre. La clave está en crecer en los negocios siendo mujer».

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