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Mujeres trabajan nueve horas más que los hombres

Contraloría contabiliza horas desempeñadas en labores  domésticas. Para lograr un equilibrio entre ambos sexos, los expertos sugieren la creación de más hogares de cuidado diario para niños y adultos mayores. Lo que muchos sospechaban ha sido estadísticamente comprobado. En Panamá, las mujeres trabajan más tiempo que los hombres. A esta conclusión se llega luego de revisar cuidadosamente los resultados de la I Encuesta de uso del tiempo, realizada por la Contraloría General de la República, en la que se contabilizaron los minutos empleados por ambos sexos en el trabajo para el mercado laboral y las tareas domésticas.

Lo novedoso de este estudio es que, por primera vez, se precisa el tiempo que toma realizar tareas como cocinar, limpiar, reparar la vivienda, arreglar la ropa, comprar en el supermercado, cuidar los niños, pasear y asear las mascotas, entre otras labores que no son remuneradas, pero que emplean una buena cantidad de tiempo.

La encuesta, publicada hace dos semanas, indica que en promedio las féminas panameñas trabajan nueve horas con cinco minutos más a la semana que los varones.

En total, de lunes a domingo las damas laboran en promedio 67 horas con 39 minutos (38 horas con 30 minutos para el trabajo y 29 horas con nueve minutos en tareas del hogar), mientras que los hombres trabajan 58 horas con 34 minutos (45 horas con 10 minutos en la calle y 13 horas con 24 minutos en casa).

En cuanto a la edad, las damas entre 25 y 39 años son las que más tiempo dedican a las tareas domésticas. En promedio lo hacen 38.9 horas a la semana (h/s).

En cambio, los hombres que más tareas del hogar realizan son los que tienen más de 60 años, que usan 16.7 h/s para ello.

Ese desequilibrio obliga a que las mujeres tengan menos tiempo libre (ver gráfico) para cuidar de su salud, hacer actividades recreativas y tareas personales, explica Toribia de Venado, subdirectora del Instituto Nacional para la Mujer (Inamu).

LA EDUCACIÓN

Aunque la brecha entre géneros se mantiene, independientemente del grado de escolaridad que tengan los involucrados, la encuesta revela que a mayor cantidad de estudios realizados, menor es la diferencia entre hombres y mujeres.

Por ejemplo, las féminas graduadas solo de secundaria laboran en casa 20.1 h/s más que los hombres con el mismo grado de escolaridad (33.4 h/s frente a 13.3 h/s)

En cambio, una mujer con maestría universitaria trabaja 12.3 h/s más en el hogar que un hombre con la misma cantidad de estudios (27.4 h/s frente a 15.1 h/s).

Por esta razón, voceros de la organización no gubernamental (ONG) Paremos la pobreza infantil estiman que las niñas deben salir de la escuela con habilidades para la vida que permitan transferir igualdad en el hogar y en el trabajo.

Matthew Carlson, director regional de Paremos la pobreza infantil, considera que una niña educada puede cambiar su vida y la de su familia. “Un año adicional de educación secundaria aumenta los ingresos potenciales entre 15% y 25%”, indica.

En este sentido, Nelva Reyes, secretaria de Género de la Central General de Trabajadores de Panamá, estima que el Estado debe crear políticas sociales para reducir la brecha entre sexos.

“Hay que establecer más centros de orientación infantil en todos los corregimientos del país. Además, el Ministerio de Educación debe orientar a niños y jóvenes en materia de equidad entre los seres humanos”, agrega.

Por ello, la viceministra de Educación, Mirna de Crespo, recuerda que desde esta institución se han impartido directrices para que los libros de texto que se usan en las escuelas no contengan lenguaje considerado como “sexista”.

“Tratamos, además, de que las ilustraciones tengan la misma cantidad de niños y de niñas”, indica la funcionaria.

Otro aporte del Meduca para reducir la brecha entre géneros se produce en quinto grado, cuando se dicta el contenido “Desarrollo humano y sexualidad”, donde se habla de la igualdad de roles en la familia.

Sin embargo, de Crespo estima que la labor de equiparar las cargas laborales en el hogar tomará muchos años, sobre todo en las áreas indígenas donde, según su criterio, la mujer desempeña un rol más sumiso que sus pares en la ciudad.

REALIDAD LATINA

La diferencia entre la carga laboral entre géneros también se vive en otros países de América Latina.

En México, las damas dedican 42 h/s a labores domésticas y los hombres solo 15 h/s. En Ecuador, las mujeres emplean 35 h/s y los caballeros 11 h/s, recuerda Moni Pizani, directora regional de la Organización de Naciones Unidas para la Mujer (ONU Mujeres).

Además de coincidir en la necesidad de crear más hogares de cuidado diario, Pizani sugiere la puesta en marcha de instalaciones similares, pero para adultos mayores.

La directora regional de ONU Mujeres dijo que también se deben diseñar políticas económicas para que las féminas se empoderen financieramente y dependan de ellas mismas.

RENTABILIDAD DE GÉNERO

Desde el punto de vista monetario, los empresarios panameños poco a poco comienzan a percibir los beneficios que traen para sus organizaciones contar con un equilibrio de género.

Lucas Verzbolovskis, miembro de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, señala que ese gremio maneja estudios que reportan incrementos de hasta 60% de rentabilidad en empresas donde hay un equilibrio entre mujeres y hombres en posiciones de dirección o en sus juntas directivas, en comparación con las firmas que no presentan este equilibrio.

“El Consejo Nacional de la Empresa Privada, la Cámara de Comercio y la Organización Internacional de Empleadores están tratando, cada vez más, de concienciar a la población para eliminar las barreras culturales existentes”, dice el empresario.

Verzbolovskis estima que aunque el porcentaje es aún bajo, cada vez más hombres cocinan y participan en la crianza de los hijos. “Es un equilibrio que no se puede forzar. Se irá dando paulatinamente”, añade coincidiendo con la viceministra de Crespo.

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